Las elecciones de EE.UU. tienen la presión extra de lo que será un proceso atípico dictado por la pandemia sumado a una cantidad récord de habilitados para votar por correo, que derivó en duras críticas de Donald Trump.
El presidente que va por su reelección puso en agenda su desconfianza ante el proceso del voto por correo y hasta abrió la posibilidad de no aceptar los resultados en caso de ser derrotado.
Sin embargo, esta declaración de Trump en Twitter perdió fuerza con declaraciones de referentes del Partido Republicano que dieron un contexto institucional al proceso y descartaron esa posibilidad. Además, Trump ha virado su discurso hacia la atención de la crisis sanitaria luego de haber resultado positivo de COVID-19 semanas atrás.
En este contexto es que Fitch Ratings monitoreará la situación para detectar cualquier desviación de su escenario base que sustenta la calificación soberana ‘AAA’ de EE.UU.
“Los resultados de las elecciones serán ampliamente aceptados y que habrá una retención o transición de poder ordenada el día de la inauguración. en enero de 2021”, asegura Fitch en un comunicado de prensa.
Sin embargo, asegura que es probable que los resultados de las elecciones presidenciales de EE. UU. tarden más de lo habitual en determinarse, debido al fuerte aumento de la votación por correo y los desafíos logísticos en los lugares de votación físicos.
“La incertidumbre en la determinación del ganador posiblemente podría durar semanas después del día de las elecciones del 3 de noviembre”, advierte Fitch.
Una gobernanza sólida es esencial para los soberanos ‘AAA’, que se caracterizan por reglas y procesos bien entendidos para la transferencia de poder que son ampliamente aceptados y ejecutados, por lo que Fitch vería de manera negativa una desviación de este principio.
Los desafíos que rodean el proceso de votación aumentan la probabilidad de que los resultados a nivel estatal o nacional sean disputados por uno o ambos candidatos u organizaciones partidarias.
La Constitución estadounidense establece una serie específica de fechas límite para resolver disputas electorales.
En cuanto a las controvertidas elecciones presidenciales de 2000, Fitch recuerda que no debilitaron la confianza de los inversores en EE.UU.
Por otro lado espera que el estado de la moneda de reserva del dólar, un apoyo a la calificación ‘AAA’, sea resistente a los posibles shocks.
Sin embargo, la posibilidad de un resultado electoral en disputa refleja una polarización política cada vez más profunda, que podría afectar el alcance de la formulación de políticas de la próxima administración y la forma en que aborda la toma de decisiones de política pública sobre temas clave.
La continuación del estancamiento de las políticas en medio de altos niveles de polarización puede debilitar las instituciones y reducir la propensión a la cooperación bipartidista necesaria para abordar de manera eficiente los desafíos económicos y fiscales.
Por otro lado, el analista de mercado de la plataforma eToro, Adam Vettese, pone el foco de atención en la recuperación de los mercados en Wall Street ante el anuncio de las encuestas de un posible triunfo de Biden.
Las bolsas remontaron tras los datos de las encuestas electorales que prevén la victoria del candidato demócrata, Joe Biden, e impulsaron las esperanzas de que los paquetes de estímulos se lleven a cabo inmediatamente después de que se produzca cualquier victoria electoral.
En este sentido, el experto considera que las encuestas electorales en el país norteamericano serán la clave principal a la que atenderán los inversores en las próximas fechas.
Para el analista, la posibilidad de un resultado claro el 3 de noviembre ayudará a evitar la volatilidad del mercado ante la incertidumbre de un proceso impugnado.
“A pesar de que Joe Biden, el actual favorito, puede representar un escenario en el que se apliquen impuestos empresariales más altos y una mayor regulación, una victoria clara podría traducirse en evitar días o semanas de volatilidad que vendrían si se produce un resultado controvertido”, destacó Vettese.